
En el programa Mayores. Proyectos personales prestamos mucha atención al cambio de actitud que la persona mayor tiene sobre sí misma.
Los cambios físicos, psicológicos y sociales asociados al envejecimiento no se producen ni se manifiestan en el mismo momento o con la misma intensidad en todas las personas. Se producen pérdidas, pero hay funciones o capacidades que se mantienen e incluso mejoran. Es un proceso dinámico que presenta infinitas trayectorias y da como resultado personas muy diferentes unas de otras.
Tal vez su falta de parecido es la característica que mejor define a este grupo de población. Si ya entre los niños o los jóvenes vemos que son diferentes entre sí imagínense cuando uno es mayor. Cualquier parecido es pura coincidencia. Sin embargo, debido a los prejuicios tendemos a etiquetarlos y meter a todos en el mismo saco. Por ejemplo un adulto mayor puede tener problemas de movilidad, pero estos se pueden resolver en un determinado momento. Y por otra parte, no a todas las personas los problemas de movilidad les sobrevienen a la misma edad. De la misma manera, una persona puede tener problemas de memoria por estar en un momento emocional complicado y éstos pueden resolverse en cuanto que encuentre como afrontar la dificultad que la ha desencadenado, asimismo dos personas con fallos de memoria pueden tener diferentes edades y un proceso de deterioro cognitivo muy distinto.
El envejecimiento es inevitable pero puede ocurrir en las mejores condiciones posibles. Es deseable porque implica pocas pérdidas y una baja probabilidad de presencia de enfermedades. De manera que el envejecimiento óptimo fomenta la actividad física, el entrenamiento de las capacidades cognitivas, la autonomía, la autoestima y los hábitos de vida saludables. Siempre mejor con otros que con uno mismo aunque es más difícil, pues las peculiaridades de cada uno hacen que los desencuentros y el no compartir aficiones, intereses o experiencias similares haga que las personas mayores prefieran frecuentemente estar solas que acompañadas de otras con las que creen tener poco en común.
Es tiempo de aprender, de retener y de participar. En definitiva de desafiar nuestras propias creencias. Porque… no es lo mismo independencia que aislamiento. Cooperación no significa dependencia ni aprender implica no saber.